Comparto las siguientes reflexiones sobre el Día del
Trabajo, la agricultura, y la inversión extranjera, en Ecuador.
Los trabajadores recuerdan y celebran este día, por el
beneficio que derivó en el mundo de la libertad, igualdad y fraternidad.
En Ecuador, actualmente la sociedad no puede celebrar
este día y el trabajo que es el bien más preciado para los ciudadanos.
No beneficia a 4 millones 200 mil que se hallan sumidos
en pobreza y desesperanza de sus familias, con graves necesidades.
A la falta de trabajo se unen la inseguridad, el
alcoholismo, los embarazos precoces, el miedo por la libre expresión. ¿Lo celebramos?
Millones de ciudadanos, con sensación de incertidumbre y
desasosiego, estimo que es un ánimo que no contribuye a la UNIDAD de la Nación.
El PRESIDENTE ironizó al decirme vía Twitter que, Yo
quería que los militares se dediquen a la agricultura: ni lo dije así y aún si
lo hubiese dicho, cuanto honor y mérito que quienes nos dedicamos a labores del
intelecto y a la milicia que es lo mismo, podamos servir a la tierra y cosechar
sus productos para bien de la comunidad.
Si los agricultores están bien, la economía de la nación está bien.
SERIA RAZONABLE: Si hasta la fecha, con Tratados que
garantizan la inversión, Ecuador no logró superar a Haiti en llegada de
capitales.
¿Cómo podríamos atraer dinero sin tales acuerdos de
garantía?
Quizá, la solución no se halla en normas y disposiciones
legales sino, brindar a los inversionistas Seguridad Política; asegurar que no
habrá peligro de nacionalizaciones o confiscaciones al estilo venezolano.
RESPONDA SIN GRITAR: ¿Por qué las inversiones en Ecuador
solamente llegan a 740 millones? Menos que Haití, el más pobre del continente.